Foto: Estela Rueda |
1 kg de mejillones
1 cabeza de ajos
1 dl de aceite de oliva de un grado
pimienta blanca
2 cayenas
2 limones
Comprar un kilo de mejillones enteros con su cáscara.
Limpiar los restos raspando con un cuchillo.
Una vez limpios, póngalos en una cazuela profunda y ancha. Añádales, en crudo, entre cuatro y diez dientes de ajo, con un corte más o menos por la mitad, un limón partido en ocho trozos y el zumo de medio limón más, un chorreón de aceite de oliva, una cucharadita de café de pimentón dulce, un pellizco de pimienta blanca y una o dos cayenas, según se quiera de picante.
Ponga la cazuela al fuego fuerte con tapa y a partir de los cinco minutos remover con la cacerola tapada, sujetándola con un trapo por las asas y dándole giros con cuidado de que el caldo no se salga y que los mejillones vayan cambiando de posición con respecto a la proximidad del fuego.
En quince minutos todos los mejillones estarán abiertos y la carne tomará la forma característica que conocemos del mejillón en escabeche de lata. Si se pasan de cocción, se hacen duros y terrosos.
En cuanto a la presentación, se pueden sacar a la mesa abiertos con las mollas sobre una de las vavas, cubiertos con el jugo de cocción.
Es aconsejable disponer en la mesa un recipiebte para las cáscaras.
Foto: Estela Rueda |
"Chicos al fogón"
Jordi Pérez Boix
Alianza Editorial, Madrid. 1994.
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